Cada ciclo mundialista para México es un drama peculiar. De sufrir para clasificar, como en 2010 y 2014, a juzgar con dureza cuando se gana, pero no gusta. El proceso de Tata Martino goza de estabilidad y de confianza de los directivos, lidera la tabla, aunque ha empezado a encontrar piedras en su camino. La más grande se llama Estados Unidos (este viernes 12 de noviembre, 20.10 hora del centro de México).
La selección de Estados Unidos ha ganado terreno tras el nocaut de quedar fuera del Mundial para Rusia 2018. La migración de futbolistas a Europa ha sido crucial. De los 25 convocados, 14 juegan en las ligas europeas, con Christian Pulisic (Chelsea) como mayor emblema. Los estadounidenses, que se han tomado en serio el fútbol, dieron dos mazazos a México. El primero ocurrió en julio pasado cuando disputaron la final de la Nations League, el torneo invención de la FIFA que da puntos claves en el ranking y que da un lugar como cabeza de serie en el sorteo del Mundial de Qatar 2022. Los estadounidenses lo ganaron 3-2 en la prórroga y con un Tri que no sabía cómo pararlos.
El segundo round ocurrió en el verano, en la final de la Copa Oro. El encuentro se decidió, de nuevo, en el tiempo extra. Los mexicanos cayeron, de nuevo y sin una ofensiva de miedo (1-0). “Nosotros hemos competido bien contra ellos en las dos finales, tuvimos grandes momentos del partido a favor nuestro con lo cual no debería ser ninguna catástrofe”, dijo Tata Martino tras el revés. El varapalo sirvió de escarmiento para el equipo del argentino que ha hilado seis partidos de eliminatoria sin perder: cuatro victorias contra Jamaica (2-1), Costa Rica (0-1), Honduras (3-0) y El Salvador (0-2); dos empates ante Panamá (1-1) y Canadá (1-1). El impulso tiene nombre: Raúl Jiménez. El delantero de los Wolves de la Premier League se recuperó de una fractura de cráneo que lo apartó ocho meses del fútbol. El regreso del artillero engrasó al equipo que necesitaba opciones al ataque.
“Durante tres años he venido escuchando que México tiene que salir a buscar un quinto partido en un Mundial como objetivo”, dijo Martino en conferencia de prensa. “Nunca pensamos en un partido con los deseos de que no lo vayamos a ganar, no vamos a enfrentar el partido pensando en el empate”, agregó el rosarino.
Martino tiene una apuesta en particular. El estratega movilizó todo lo que tenía a su alcance para contar con Rogelio Funes Mori, argentino de nacimiento y mexicano por convicción. La Federación Mexicana de Fútbol logró que el futbolista que surgió de River Plate pudiese jugar con el Tri. El seleccionador tiene dos centro delanteros con hambre de gol con Funes Mori y Jiménez. El Estados Unidos-México “definitivamente será diferente, Jiménez no estuvo en la Nations League y Lozano sí estuvo, así que estamos familiarizados con él. Jiménez es un delantero top, un fantástico jugador”, comentó el seleccionador de EE UU, Gregg Berhalter, a la cadena TUDN.
A estas alturas, en 2014, la eliminatoria era un asunto de crisis porque estaban lejos de los primeros lugares. El Tri recurrió al repechaje contra Nueva Zelanda para ir al Mundial. En 2010 la historia era similar con tres derrotas ante EE UU, Honduras y El Salvador. La calma la han encontrado Ricardo La Volpe y Juan Carlos Osorio, quienes no tuvieron problema en la clasificación pero sí tuvieron una oleada de críticas por tu estilo de juego.
Los cuestionamientos de los medios mexicanos a la gestión de Tata Martino se han enfocado en que su equipo no fascina, aunque dejan de lado la efectividad que ha cosechado y que no ofrece variantes en su once titular. Hace cuatro años se atacaba sin tregua la gestión de Osorio que rotaba a todos sus futbolistaspara adaptarse al rival. Martino, fiel a su idea de estabilidad, confía todo en los hombres de experiencia como Guillermo Ochoa, en la portería; Héctor Herrera, en el mediocampo; Hirving Lozano y a Jiménez en el ataque. La prueba definitiva será contra EE UU.